Para recrear formas y conceptos febriles
utilizamos al sueño o los productos venideros
de breves síncopas vocales.
Nada absorto nos presenta lo vivido,
sólo juegos y virtudes paralelas.
De los ecos aprendemos lo perdido.
De lo perdido aprendemos a darle valor a los ecos.
En desigual compasión
contamos los recuerdos en aprehensión perpetua
de lo extinguido y lo añorado.
Ahora el fuego oprime su. verdad sobre lo cierto
y la razón obtiene raíces en nubes supremas.
Las palabras se ocultan de la voluntad y los dioses
para envolvemos como bichos
en constantes círculos sin retorno.
sábado, 8 de septiembre de 2007
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