Pequeña franela de dos colores
para apagar vidas basta.
Camino. Camino…ando.
Encuentro el espacio yermo, afligido,
pero respiro nocivos aires,
mortales aromas; talvés,
del impávido grito del pasado.
Troto, corro…observo:
una bandera sin color alguno,
cuerpos enteros e incompletos.
Cogen mis pies.
Intentan que los lleve.
Creen que la Esperanza
siempre vivirá.
Troto, marcho…escucho:
tres voces agudas al unísono:
¡Justicia! ¡Libertad! ¡Paz!
Rompo mis tímpanos. Miro al frente.
Siento mi piel perder su color.
Escapo, volteo…caigo.
sábado, 8 de septiembre de 2007
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1 comentario:
inspirador, si cautivas un alma , tendrás el paraíso.hoy te lo has ganado.
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